2009/10/27

Espazio urbanoak...



TRES TIPOS DE ACTIVIDADES EXTERIORES

El entorno físico es un factor que influye en las actividades en diversas medidas y de diferentes maneras.
Las actividades exteriores realizadas en los espacios públicos se pueden dividir en tres categorías: actividades necesarias, actividades opcionales y actividades sociales.
Actividades necesarias (ir al colegio o al trabajo, salir de compras, esperar el autobús…) son más o menos obligatorias. Este grupo incluye la mayor parte de las relacionadas con la acción de caminar. Se ve influida tan solo ligeramente por el ambiente físico. Se realizaran durante todo el año y los participantes no tienen elección.
Las actividades opcionales, es decir, aquellas en las que se participa si existe el deseo de hacerlo o si lo permiten el tiempo y el lugar.
Las actividades sociales son todas las que dependen de la presencia de otras personas en los espacios públicos. Se producen en muchos sitios y se podrían denominar también resultantes; se desarrollan en conexión con las otras actividades porque las personas se hallan en el mismo espacio, se encuentran, se cruzan o simplemente están a la vista. Se producen de manera espontánea. Solo se realizan cuando las condiciones externas son favorables, cuando el tiempo y el lugar invitan a ello.
Los ambientes exteriores son de poca calidad, solo se llevan a cabo las actividades estrictamente necesarias. También habrá una amplia gama de actividades optativas.
El carácter de las actividades sociales caria dependiendo del contexto en el que se producen. En donde hay un número limitado de personas con intereses u orígenes comunes, las actividades sociales en los espacios públicos pueden ser muy completas.
En las calles céntricas de las ciudades, las actividades sociales generalmente serán más superficiales, una actividad social se produce cada vez que dos personas están juntas en el mismo espacio.
La vida entre los edificios abarca todo el espectro de ellas actividades, que se combinan para hacer que los espacios comunitarios de las ciudades y las zonas residenciales sean significativos y atractivos.


LA VIDA ENTRE LOS EDIFICIOS

Las oportunidades para reunirnos y realizar actividades cotidianas en los espacios públicos de una ciudad o un barrio residencial nos permiten estar entre otras personas. Estos modestos contactos son de “ver y oír”.
No sólo se vive en los edificios, sino también hay vida en los espacios creados por ellos.
Si no hay actividad entre los edificios, el extremo inferior de las escala de contactos también desaparece. La oportunidad de estar con otros de un modo relajado y cómodo y pueden surgir otras formas de contacto.
Los encuentros frecuentes relacionados con las actividades cotidianas aumentan las ocasiones de establecer contactos con los vecinos, los contactos que se desarrollan espontáneamente son muy fugaces…
Gracias a los medios de comunicación nos enteramos de los detalles más comunes pero igualmente importantes. Nos hemos encontrado con frecuencia en la calle se convierte en una persona a la que “conocemos”. La oportunidad de ver y oír a otras personas también puede proporcionar ideas e inspiración para actuar.
El automóvil ha provocado también que las ciudades se hayan vuelto más aburridas y monótonas. Esto pone de relieve otra necesidad importante, a saber, la necesidad de estimulo.
La experiencia de estar con otras personas supone una oportunidad particularmente animada y atractiva de recibir estímulos.
Las ciudades vivas, resultan siempre estimulantes porque son ricas en experiencias y es lo que buscamos.
Dondequiera que haya gente por lo general es cierto que las personas y las actividades humanas atraen a otras personas. La gente se siente atraída por la gente donde hay más cosas que ver: “la gente va donde hay gente”
Por ejemplo, los bancos que ofrecen una buena visión de las actividades circundantes se usan más que los bancos con poca o ninguna visión de otras personas. Los bancos con vistas a las sendas peatonales más transitadas son los que más se usan, mientras que los bancos orientados hacia las zonas con vegetación se usan menos. Las sillas de los cafés de todo el mundo están orientadas hacia la zona cercana de mayor actividad.
Las actividades humanas, el poder ver a otras personas en acción, constituían la principal atracción de la zona.

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